Según Giannini y Palmer, el vicealmirante Byrd anunció en febrero de 1947, justo antes de emprender un viaje de 2.750 km a través del Polo Norte:

«Me gusta ver la tierra más allá del Polo. Esa área más allá del Polo es el centro del Gran Enigma».

Según algunos, se cree que durante el vuelo del Vicealmirante Byrd sobre el Polo Norte que tuvo lugar en 1947, dijo por radio que debajo no había nieve sino grandes extensiones de tierra con montañas, bosques y vegetación, enormes lagos y ríos con animales que se parecían a los mamuts.

Antes de su muerte, había dicho que existía una tierra más allá del Polo que era «un continente encantado en el cielo, un misterio permanente de la Tierra». Esa tierra, según otras teorías, era la legendaria Ciudad Arco Iris, hogar de una fabulosa civilización perdida.

La posibilidad de que la tierra sea hueca y de que se pueda acceder a ella a través de los polos norte y sur, y de que en ella florezcan civilizaciones secretas, ha estimulado la imaginación de las personas a lo largo de los siglos. Evidencia de esto la encontramos en la historia de innumerables civilizaciones antiguas. El héroe babilónico Gilgamesh visitó a su antepasado Utnapishtim en las entrañas de la Tierra; en la mitología griega, Orfeo intenta rescatar a Eurídice del infierno subterráneo; se decía que los faraones de Egipto se comunicaban con el inframundo, al que se podía acceder a través de túneles secretos escondidos en las pirámides; y los budistas creían (y todavía creen) que millones de personas viven en Agharta, un paraíso subterráneo gobernado por el rey del mundo. Entonces, justo cuando piensas que estas teorías podrían ser nada más que imaginaciones excesivas.

La idea de que el Reino Prohibido de «Agartha» realmente existe no solo fue apoyada por el Almirante Byrd sino también por otros exploradores de todo el mundo. Se cree que un mapa elaborado por el cartógrafo Heinrich C. Berann muestra una entrada al interior de la Tierra, el Reino de Agartha. En ese mapa se puede observar el continente antártico sin su gruesa capa de hielo. Pero el detalle más intrigante es la presencia de pasajes submarinos que se extienden por todo el continente y parecen converger en la ubicación exacta que se identifica como la apertura hacia la Tierra Hueca o la Tierra Interior. Leonard Euler, un genio matemático del siglo XVIII, concluyó que la Tierra era hueca, contenía un sol central y estaba habitada; y el Dr. Edmund Halley.

Algunos también hablan sobre la Operación Highjump y los viajes del Almirante Byrd donde se vieron aeronaves extremadamente avanzadas volando y explorando nuevos territorios. No hace mucho, descubrimos un mapa del tercer Reich en el que se representan varios pasajes secretos que fueron utilizados por los submarinos alemanes para acceder a misteriosas regiones subterráneas, así como un mapa completo de ambos hemisferios y el misterioso reino de Agartha.

Una carta, supuestamente escrita por Karl Unger, uno de los tripulantes de un submarino alemán afirma que habían llegado al interior de la Tierra y que no pensaban regresar. Todas estas historias parecen estar respaldadas por numerosos descubrimientos y, recientemente, los científicos descubrieron un gran océano de agua dentro del manto de la Tierra, y señalan que es un gran «tanque» de agua que podría llenar los océanos de la Tierra tres veces. Este increíble descubrimiento sugiere que el agua superficial del planeta provino del interior de la Tierra, como parte de un «ciclo completo del agua en el planeta» en lugar de la teoría dominante que propone que el agua llegaba a la Tierra por cometas helados que pasaban por el planeta millones de años atrás.

Los nazis también estaban extremadamente interesados ​​en la Tierra Interna y los mitos asociados con ella. Se cree que la Antártida es la entrada a la patria aria perdida de Thule. Aunque la Antártida se ha relacionado con el continente perdido de la Atlántida, el vínculo con Thule es menos evidente. Thule (también conocido como Thula, Thyle, Thila, Tila, Tyle o Tylen) fue mencionado por primera vez por el explorador griego Pytheas después de sus viajes entre el 330 a. C. y el 320 a. C. Pero en el 150 d.C., el escritor griego Antonio Diógenes escribió Las maravillas más allá de Thule. En el pasado distante, se creía que Thule había sido un lugar distante ubicado más allá de las «fronteras del mundo conocido».

Curiosamente, en 2001, la Agencia Nacional de Inteligencia Geoespacial de los EE. UU. y la Oficina de Apoyo a la Investigación Aerogeofísica descubrieron la existencia de una anomalía magnética que se cree que se encuentra en la costa este del lago Vostok en la Antártida, se cree que la anomalía es consistente con una construcción hecha por el hombre.

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