Con la reciente publicación del informe del Pentágono, los OVNIs han vuelto a la palestra y han aparecido voces que exclaman que estos objetos vendrían del fondo marino y no del espacio. Ahora un capitán de la Armada Rusa reafirma estos supuestos al sugerir que alienígenas podrían tener sus bases en el profundidades del océano.

Todos los días aparecen cientos de informes nuevos sobre ovnis. El uno por ciento de esos informes sigue siendo un misterio desvelado, aunque el 99% de ellos podría explicarse por factores naturales o provocados por el hombre.

Supongamos que los extraterrestres existen y visitan la Tierra con regularidad. ¿Cuál sería el mejor lugar para que construyeran una base secreta? Los fondos marinos serían la mejor opción. Los océanos cubren dos tercios del planeta.

El océano permanece prácticamente inexplorado. Tenemos una imagen mucho más clara de los procesos que ocurren en la Luna, nuestro conocimiento de las cosas que suceden en las profundidades del mar es escaso. Resulta que los informes sobre ciertos incidentes submarinos misteriosos llegan constantemente.

Esos incidentes son informados por oficiales navales que normalmente tienen buena pericia técnica y compostura. Los oficiales de la Marina están sujetos a exámenes médicos anuales.

Los submarinos no tienen tragaluces. Mantener la comunicación por radio bajo el mar no es fácil, aunque una onda de radio atraviesa el agua mucho mejor que sobre la superficie del mar. Es por eso que los submarinistas informan en gran medida de incidentes relacionados con señales acústicas extrañas.

Extrañas declaraciones

v, ex oficial superior del Cuartel General de la Armada Rusa, Capitán de Primera Fila (Ret.), ha declarado las siguientes y explosivas versiones:

«Recuerdo el momento en que el pánico golpeó a los mandos en el Cuartel General de la Armada Soviética. Fue a mediados de la década de 1970, y los maestros de los submarinos nucleares comenzaron a informar sobre extrañas fuentes de sonido. Los hombres de sonido a bordo de los submarinos no pudieron identificar los sonidos detectados en el Atlántico mientras estaban de servicio durante el crucero de combate».

Kulinichenko agregó:

«La tripulación de un submarino tuvo que atravesar una experiencia problemática mientras hacía todo lo posible para escabullirse de los sistemas antisubmarinos de la OTAN y mantener el rumbo mientras el submarino se movía a una profundidad de 200 metros. Algunos miembros del personal, especialmente los marineros jóvenes y los guardiamarinas, podrían estar bastante estresados ​​por toda esa presión.»

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Kulinichenko también habla de unos ciertos sonidos escuchados:

«Y de repente, un técnico de sonido informa un caso de ‘sonidos no identificables’ al puente del capitán. La alarma de combate permanece encendida mientras se detecten sonidos. Como nadie puede estar seguro de la naturaleza de los sonidos, probablemente sea un submarino nuevo o una nave de superficie del «enemigo potencial». Los sonidos de lo desconocido podrían detectarse varias veces al día».

Kulinichenko agregó:

«Los sonidos variaban según la duración y el tono. La mayoría de ellos se parecía al largo croar de una rana. El número de incidentes relacionados con sonidos extraños siguió creciendo. La Armada Soviética no podía simplemente dejarlos de lado. Finalmente, en octubre de 1977, la Armada ordenó a los capitanes de los submarinos que informaran de todos los extraños incidentes sónicos. Y estoy seguro de que la Marina de los EE. UU. También ha instruido a sus submarinos».

¿La Marina llegó a alguna conclusión?

Kulinichenko indica lo siguiente:

«Sin conclusiones de ningún tipo. Al principio, la Marina sospechó de los estadounidenses, pero esas sospechas eran meras acusaciones, no había ninguna evidencia a la mano. Recientemente se ha publicado en Rusia un libro titulado Inteligencia de la Marina de los Estados Unidos contra la URSS. Fue escrito por dos submarinos estadounidenses de alto rango. Es un libro interesante con numerosos relatos del reconocimiento naval estadounidense durante la era de la Guerra Fría. Sin embargo, no hay nada en ese libro que pueda referirse a la actividad de los «corvines». Parece que los estadounidenses no tienen nada que ver con eso».

El incidente sigue sumido en el misterio, al igual que otras misiones bajo el mar que han terminado de forma lamentable. Es posible que los Departamentos de Defensa en los países desarrollados estén ocultando información de los encuentros cercanos que experimentan sus vehículos tripulados en el fondo del océano.

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Fuente: Komsomolskaya Pravda