CIVILIZACIONES
Una rara estatua de madera de Hércules es hallada en un antiguo vertedero romano en Ibiza
Un hallazgo arqueológico en la isla de Ibiza ha sacado a la luz una rara escultura de madera que representa a Hércules, conservada de forma excepcional en el fondo de un antiguo vertedero o pozo de desechos romano. Este descubrimiento no solo sorprende por el estado del material orgánico, casi imposible de preservar en el clima mediterráneo, sino también por la ventana que abre a la vida cotidiana y al paisaje ambiental de la Ibiza romana.
Un héroe de madera en la antigua Ebusus
La escultura apareció durante unas excavaciones realizadas para un proyecto de viviendas en la actual ciudad de Ibiza. Bajo las estructuras modernas, los arqueólogos identificaron un antiguo silo romano que, tiempo después de quedar en desuso como almacén de grano, terminó siendo reutilizado como pozo de basura. En ese espacio, convertido en vertedero hace siglos, yacía la figura de Hércules junto a otros restos orgánicos y objetos de uso diario.
En la Antigüedad, la isla era conocida como Ebusus y formaba parte del entramado del mundo romano tras la derrota de Cartago en el siglo II antes de nuestra era. Desde entonces, la ciudad portuaria se consolidó como un punto estratégico para el comercio y el tránsito de personas y mercancías a través del Mediterráneo. La presencia de una escultura de Hércules en este contexto no resulta extraña: el héroe, heredado de la tradición griega de Heracles y adaptado a la cultura romana, era un símbolo de fuerza, resistencia y protección, frecuente tanto en espacios públicos como en entornos domésticos.
Una preservación casi imposible en el clima mediterráneo
Lo que hace extraordinario este hallazgo no es solo la iconografía, sino el material. La escultura está tallada en madera, un soporte que normalmente desaparece con rapidez en climas cálidos y húmedos como el de Ibiza. Sin embargo, el entorno del pozo generó condiciones muy particulares. Con el paso del tiempo, el nivel freático y el agua de lluvia fueron inundando progresivamente el relleno del silo abandonado. Este proceso creó un ambiente sin oxígeno, un entorno anaeróbico en el que los microorganismos que descomponen la materia orgánica no pueden actuar con normalidad.
El resultado fue una especie de cápsula de tiempo en la que la madera, en lugar de deteriorarse por completo, quedó prácticamente «congelada» en el fondo del pozo. Este tipo de conservación es más habitual en turberas y suelos encharcados del norte de Europa, pero es extremadamente rara en regiones como el Mediterráneo. Por eso, el caso de Ibiza se considera un ejemplo excepcional que desafía las expectativas sobre lo que puede llegar hasta nosotros desde el pasado.
Más que una imagen sagrada: una ventana a la vida diaria
La escultura de Hércules no fue el único hallazgo dentro del pozo. Junto a ella aparecieron restos de calzado antiguo, herramientas y semillas o huesos de frutas. Todo este conjunto ha sido trasladado al Museo Arqueológico de Ibiza y Formentera para su estudio y conservación. La pieza central, el héroe de madera, ya está siendo estabilizada en un ambiente controlado para evitar que se agriete o se desintegre al entrar en contacto con el aire después de tantos siglos sumergida.
El arqueólogo Juan José Mar Casanova ha explicado que el proceso de conservación será largo y meticuloso, porque la madera, tras permanecer saturada de agua durante siglos, necesita un tratamiento gradual para no colapsar. Mientras tanto, el análisis de los restos vegetales permitirá reconstruir aspectos de la horticultura y la alimentación en la Ibiza romana y medieval. Las semillas y otros restos orgánicos ofrecen pistas sobre los cultivos presentes en la isla, las prácticas agrícolas y las redes de intercambio que conectaban Ebusus con otros puntos del Mediterráneo.
En conjunto, estos materiales muestran que los pozos y los vertederos antiguos, lejos de ser simples depósitos de basura, pueden convertirse en archivos involuntarios de la vida cotidiana. En el caso de Ibiza, el pozo que acogió la figura de Hércules preservó no solo una imagen de gran valor artístico, sino también fragmentos del paisaje alimentario y económico de la época.
Un héroe que conecta arte, religión y medio ambiente
El descubrimiento no se limita a sumar una nueva pieza al catálogo de esculturas romanas. La figura de Hércules, rescatada de un pozo de desechos, pone en diálogo varios niveles de la experiencia humana en la Antigüedad: la devoción religiosa, el uso doméstico de las imágenes, la gestión de los recursos agrícolas y las condiciones ambientales de la isla. La escultura demuestra hasta qué punto los contextos más humildes —un silo abandonado, un vertedero anónimo— pueden conservar testimonios de enorme importancia histórica.
Al mismo tiempo, la conservación excepcional de la madera obliga a replantear las posibilidades de hallazgos similares en otros lugares del Mediterráneo donde, hasta ahora, se daba por hecho que los materiales orgánicos no podían sobrevivir. El pozo que «detuvo el tiempo» en Ibiza recuerda que la arqueología depende tanto de la intención humana como de los caprichos del agua, del suelo y del clima. Gracias a esa combinación fortuita, hoy podemos contemplar de nuevo a Hércules, emergiendo desde la oscuridad de un pozo romano para ampliar nuestra comprensión del pasado insular del Mediterráneo.
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Por: PlanetaMaldek.com


