El ADN humano contiene rastros de un ancestro hasta ahora desconocido. Muchas personas piensan que nuestro origen vendría de otro planeta: ¿somos alienígenas?

A principios de agosto, investigadores estadounidenses identificaron rastros de un antepasado previamente desconocido en el ADN humano. Aparentemente, los antiguos sapiens se cruzaron no solo con neandertales y denisovanos, sino también con alguien más. Probablemente con Homo erectus: su genoma aún no ha sido descifrado.

Los científicos han mencionado anteriormente una misteriosa especie arcaica que dejó una mezcla en el ADN de los melanesios y los africanos modernos. ¿Quién es este misterioso homínido y qué ha heredado la gente moderna de él?

Genes alienígenas

En 2016, expertos de la Universidad de Texas en la reunión anual de la Sociedad Estadounidense de Genética Humana declararon: «se encontraron rastros de homínidos desconocidos para la ciencia en el ADN de los melanesios que viven en las islas del Pacífico».

En 2016, los científicos encontraron rastros de un ancestro extinto en el ADN de los melanesios, que podría pertenecer a una especie de homínido aún no descrita.

La comparación de su genoma con el ADN de neandertales, denisovanos y africanos llevó a esta conclusión: los investigadores iban a averiguar qué porcentaje de genes heredamos del extinto Homo. Y descubrieron inesperadamente que una parte significativa de los genes antiguos, considerados denisovanos, en realidad pertenecen a otra especie de hombre.

Ese mismo año, científicos daneses hicieron conclusiones similares, independientemente de los estadounidenses. Después de analizar alrededor de un centenar de genomas de aborígenes australianos y de Papúa Nueva Guinea, notaron una mezcla de ADN arcaico. A primera vista, se parecía al de Denisova, pero a juzgar por algunas diferencias, se trataba de un tipo diferente de homínidos.

Rastros de personas desconocidas

Los estudios de 2016 plantearon muchas preguntas: se comparó el genoma de una persona moderna, de quien buscaban genes extraños, con el ADN de aquellos de quienes podía obtenerlos, para entonces, el genoma de los neandertales ya estaba bien. estudiado, pero la principal fuente de información sobre los denisovanos fue el hueso de la falange del dedo y varios dientes de la cueva de Altai.

Dado que se cree que el Homo sapiens se mezcló con los denisovanos que vivían en el sur de Asia o en el este de Indonesia (las poblaciones distantes a menudo difieren entre sí), las huellas del misterioso homínido bien podrían pertenecer a ellos.

Los científicos creen que el Homo sapiens y su población ancestral se han cruzado varias veces con representantes de otras especies de Homo. Gracias a esto, existen secciones en el ADN de las personas modernas heredadas tanto de los neandertales como de los denisovanos; sin embargo, cuatro años después, investigadores de la Universidad de California en Los Ángeles propusieron una nuevo método para encontrar una antigua impureza en el ADN de las personas modernas.

Un ancestro desconocido.

• Alienígenas habrían codificado mensajes en nuestro ADN

Ya no era necesario conocer el genoma de la persona de quien se heredaba. Es decir, los científicos pudieron encontrar rastros de hibridación de nuestros antepasados ​​con especies extintas de Homo, de las cuales no quedó nada: sin huesos, sin dientes, sin herramientas. Los primeros en probar el nuevo enfoque fueron los pueblos Yoruba y Mende de África Occidental.

Los expertos analizaron 405 de sus genomas completos y aislaron del dos al 19 por ciento de ADN arcaico previamente desconocido. Esto significa que los antepasados ​​de los africanos modernos se cruzaron con las especies de personas que se separaron del árbol común hace unos 625 mil años, antes de la aparición de los neandertales y los denisovanos.

Los modelos demográficos mostraron que la hibridación tuvo lugar a más tardar hace 43 mil años, aproximadamente en el momento en que en Europa los neandertales comenzaron a mezclarse con el Homo sapiens. Esto aún no está claro.

Ancestro misterioso

Seis meses después, científicos de la Universidad de Cornell aplicaron una técnica similar al analizar los genomas de dos neandertales, un denisovano y dos humanos modernos. Como resultado, se  obtuvo que los homínidos antiguos de diferentes especies entablaron relaciones cercanas e intercambiaron genes cada vez que los dos grupos se cruzaron en el tiempo y el espacio.

Misterioso origen

Hace unos 200-300 mil años, se mezclaron con una especie antigua desconocida de homínidos y heredaron de ellos casi el tres por ciento del genoma de los homínidos.

Además, se encontraron rastros de hibridación en el ADN del hombre denisovano: el uno por ciento del genoma provino de un misterioso pariente arcaico. Y luego, gracias al cruce de denisovanos y Homo sapiens, el 15 por ciento de estos genes se transmitieron a las personas modernas.

Los autores del trabajo sugieren que estamos hablando del Homo erectus, el antepasado directo de los sapiens, que podría haber vivido. en Eurasia simultáneamente con los primeros neandertales y denisovanos. Es cierto que es imposible probarlo: los investigadores aún no han recibido ni secuenciado su ADN.

¿Quién fue ese ancestro misterioso con el que se cruzaron los homínidos? ¿Es acaso el origen del eslabón perdido? ¿Esa unión nos hizo los humanos que hoy somos?

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