Un misterio ancestral relacionado al antiguo Perú ha rondado desde hace muchos años por la red y ha sido comentado por diversos académicos. ¿Son los cráneos Paracas los restos de una civilización no humana que existió en el remoto pasado? De acuerdo a los informes, una prueba de ADN podría comprobar esta teoría.

Paracas es una península desértica situada en la provincia de Pisco, en la región de Ica, en la costa sur de Perú. Es aquí donde el arqueólogo peruano Julio C. Tello hizo uno de los descubrimientos más misteriosos en 1928. Durante las excavaciones, Tello descubrió un complejo y sofisticado cementerio en el áspero suelo del desierto de Paracas.

En las enigmáticas tumbas, Tello descubrió una serie de controvertidos restos humanos que cambiarían para siempre nuestra forma de ver a nuestros antepasados y nuestros orígenes. Los cuerpos de las tumbas tenían algunos de los cráneos alargados más grandes jamás descubiertos en el planeta, denominados cráneos de Paracas. El arqueólogo peruano descubrió más de 300 misteriosos cráneos que se cree que tienen al menos 3.000 años de antigüedad.

Por si la forma de los cráneos no fuera suficientemente misteriosa, un reciente análisis de ADN realizado en algunos de ellos presenta unos resultados de lo más enigmáticos e increíbles que ponen en entredicho todo lo que sabemos sobre el árbol evolutivo y el origen humanos.

El misterio tras los cráneos de Paracas

En la siguiente imagen se muestran tres de los cráneos alargados de Paracas.

Estos cráneos están en exhibición en el Museo Regional de Ica en la ciudad de Ica en Perú. Imagen: Wikimedia Commons

Deformación del cráneo: Una antigua práctica religiosa

Aunque diversas culturas de todo el mundo realizaban prácticas de deformación (alargamiento) del cráneo, las técnicas empleadas eran diferentes, por lo que los resultados tampoco eran los mismos. Hay ciertas tribus sudamericanas que «ataban los cráneos de los bebés» para cambiar su forma, lo que daba como resultado un cráneo drásticamente alargado. Aplicando una presión constante durante un largo periodo de tiempo con el uso de herramientas antiguas, las tribus conseguían realizar deformaciones craneales que también se encuentran en culturas antiguas de África.

Sin embargo, aunque este tipo de deformación craneal cambiaba la forma del cráneo, no alteraba el tamaño, el peso ni el volumen craneal, todos ellos rasgos característicos de los cráneos humanos normales.

Precisamente aquí es donde las características de los cráneos de Paracas resultan más interesantes. Los cráneos de Paracas son cualquier cosa menos ordinarios. Los cráneos de Paracas son al menos un 25% más grandes y hasta un 60% más pesados que los cráneos de los seres humanos normales. Los investigadores creen firmemente que estas características no podrían haberse conseguido con las técnicas utilizadas por las tribus, como sugieren algunos científicos. No sólo son diferentes en peso, sino que los cráneos paracas también son estructuralmente diferentes y sólo tienen una placa parietal, mientras que los seres humanos normales tienen dos.

Estas extrañas características se han sumado al misterio durante décadas, ya que los investigadores aún no tienen ni idea de quiénes fueron estos individuos con cráneos tan alargados.

Tres dibujos de métodos que usaban los pueblos mayas para dar forma a la cabeza de un niño. Podría guardar alguna relación con los pueblos del antiguo Perú.

Pruebas posteriores hicieron más enigmáticos los cráneos de Paracas

El director del Museo de Historia de Paracas envió cinco muestras de cráneos de Paracas para realizar pruebas genéticas, y los resultados fueron fascinantes. Las muestras consistentes en pelo, dientes, piel y algunos fragmentos de huesos del cráneo ofrecieron detalles increíbles que han alimentado el misterio que rodea a estos cráneos anómalos. El laboratorio genético al que se enviaron las muestras no fue informado previamente del origen de los cráneos para evitar «influir en los resultados».

Curiosamente, el ADN mitocondrial, que se hereda de la madre, presentaba mutaciones desconocidas para cualquier hombre, primate o animal encontrado en el planeta Tierra. Las mutaciones presentes en las muestras del cráneo de Paracas sugieren que los investigadores estaban tratando con un «humano» completamente nuevo, muy diferente del Homo sapiens, los neandertales y los denisovanos. Resultados similares se obtuvieron de las pruebas realizadas en el cráneo del Niño Estrella, descubierto hacia 1930 en el túnel de una mina a unos 160 kilómetros al suroeste de Chihuahua (México).

Al parecer, las personas de los cráneos de Paracas eran tan diferentes biológicamente que habría sido imposible que los humanos se cruzaran con ellos. «No estoy seguro de que esto encaje en el árbol evolutivo conocido», escribió el genetista.

¿Quiénes eran estos misteriosos seres? ¿Evolucionaron por separado en la Tierra? ¿Por qué presentaban diferencias tan drásticas con los seres humanos normales? ¿Y es posible que estos seres no procedieran de la Tierra? Todas estas posibilidades son teorías que no pueden anularse dadas las pruebas actuales. Todo lo que sabemos hasta ahora es que hay muchas cosas que escapan a la comprensión de investigadores, historiadores y científicos. Es posible que, después de todo, la pregunta de si estamos solos en el universo pueda responderse gracias a los cráneos de Paracas.

Como informa el sitio web Infobae, las pruebas de ADN realizadas a los cráneos Paracas no solo revelaron que son diferentes a otros cráneos de la época; también el investigador y autor Brien Foerster declaró estar convencido que una de las personas a la que perteneció uno de los cráneos nació con el cráneo alargado.

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