Kraken, el monstruo de leyendas nórdicas, pudo haber existido. Unos fósiles de reptiles marinos podrían evidenciarlo, según un paleontólogo.
En leyendas nórdicas medievales, el Kraken era un pulpo gigante con un tamaño de 1.6 kilómetros. Devoraba ballenas y destruía barcos. Un paleontólogo dice que encontró evidencia del Kraken en unos fósiles de reptiles marinos que muestran anomalías, las cuales pudieron haber sido causadas por el ataque del monstruo mitológico.
Mark McMenamin es el científico que ha llegado a esa conclusión. Él es profesor de geología en la Universidad de Mount Holyoke en Massachusetts. Los fósiles de esos reptiles marinos fueron descubiertos en la década de 1950.
Antiguos reptiles marinos: ¿atacados por el Kraken?
El Kraken aparece primeramente en la obra literaria de Islandia, La saga de Örvar-Oddr, escrita antes de 1314. De acuerdo a las sagas nórdicas, este ser mitológico se encuentra en los mares de Noruega, Groenlandia… en aguas de toda Escandinavia y el Atlántico Norte. Era parte de los mitos supersticiosos (o no tanto) de los marineros, quienes aseguraban que habían visto al monstruo o sido atacados por él.
Los fósiles de reptil anteriormente mencionados se descubrieron en tierras del Parque Estatal Berlin-Ichthyosaur de Nevada, Estados Unidos. Son del animal llamado ictiosaurio que vivió hace unos 200 a 250 millones de años. Eran reptiles, pero con aspecto de delfín y con tamaño de 20 metros.
Los fósiles son de nueve colosales ictiosaurios y la forma en la que fueron hallados indica que sus huesos se colocaron en un patrón artificial. Todo indica que estos ictiosaurios fueron atacados por un depredador más grande, un cefalópodo, pulpo o calamar gigante de unos 30 metros.
El patrón parece algún tipo de «auto-retrato» macabro del Kraken (¡similar a su forma!) y eso podría ser prueba de su inteligencia. También se hallaron vestigios de un pico de cefalópodo gigante y marcas de succión o chupetes de ventosas.
Sí hay evidencia de calamares gigantes tipo Kraken
El Profesor Mark McMenamin estipula que la forma en la que están colocados los fósiles y la ubicación de las marcas de succión, apuntan a que los ictiosaurios fueron ahogados y que sus cuellos y costillas fueron quebrados por el depredador. Luego el cuerpo fue llevado a la madriguera del Kraken.
Algo importante es que sí hay evidencia paleontológica de cefalópodos gigantes de la era del Triásico (hace 250 millones de años). McMenamin dijo en una entrevista de radio:
Se conocen varios de estos especímenes. Son enormes. Se cree que algunos de estos animales han llegado a medir unos 11 metros de longitud. Así que hay un registro fósil de criaturas muy grandes parecidas a calamares. Si estamos hablando de un pulpo, va a ser un poco más difícil, pero no imposible, encontrar algo como un pico muy grande o posiblemente envolturas de sus huevos que hayan sido permineralizados.
A pesar de la controversia de parte de otros paleontólogos y tras el análisis de estos datos, Mark McMenamin sí presenta una hipótesis muy bien sustentada de que esos ictiosaurios fueron atacados por un tipo de cefalópodo Kraken hace unos 200 millones de años. Esto comprueba que los mitos y leyendas pueden ser reales.
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