Casos de abducción o secuestro extraterrestre han sido reportados por decenas o cientos a lo largo de los años. Esta es la historia de un niño que fue también abducido por seres extraños, posiblemente extraterrestres.

Los extraterrestres secuestran no solo a los habitantes de los países desarrollados, sino también a los que viven en lugares de menor condición económica y falta de acceso a medios de comunicación. Por razones obvias, estos incidentes son difíciles de informar al resto del mundo y, por lo general, siguen siendo solo historias locales. Una historia que se conoció de tales áreas es la siguiente:

En marzo de 1978, un pescador anónimo se encontraba a orillas de un río en una zona remota del estado brasileño de Maranhao. No había otras personas a su alrededor, solo densos «muros» verdes de la jungla tropical.

De repente, el hombre escuchó fuertes gritos en algún lugar cerca de él en la densa vegetación. Un hombre gritaba de dolor. El pescador siguió la voz y pocos minutos después se encontró con un adolescente tirado en el suelo. El pescador trató de preguntarle qué le había pasado, pero el chico no pareció entenderle. Y cuando la sangre empezó a fluir de su boca, el pescador se dio cuenta de que el niño debía ser llevado urgentemente a los médicos.

Cuando el niño terminó en el consultorio de un médico en el asentamiento más cercano, se encontró que tenía las siguientes lesiones: le faltaban muchos dientes, como si se los hubieran sacado violentamente, muchos estaban rotos, en varias áreas le faltaba cabello en la cabeza y tenía manchas que parecían pequeñas quemaduras, las mismas «quemaduras» estaban en sus oídos.

El niño abducido.

Pero lo peor fue que el chico no podía entender nada y estaba en un estado extraño fuera de la realidad. No reaccionó ni habló. Solo unos días después cuando lo llevaron al hospital y le empezaron a administrar sedantes, poco a poco empezó a entrar en contacto con la realidad.

Cuando se recuperó y comenzó a hablar, contó una de las historias de abducción extraterrestre más extrañas que jamás hayan ocurrido en Brasil.

El niño se llamaba Luis Carlos Serra, tenía 16 años y era del pueblo de Penalwa. El área del incidente estaba en una densa jungla y lejos del mundo civilizado, pero para él era un entorno familiar. De repente, escuchó un sonido extraño proveniente de la jungla. Fue un zumbido fuerte, pensó que era un avión, pero cuando miró hacia arriba, vio algo muy brillante, al punto que le dolían los ojos. La luz del objeto era tan fuerte que iluminó toda la jungla a la sombra del sol.

Entonces el niño se dio cuenta de que no podía moverse y cayó al suelo, incapaz ni siquiera de pedir ayuda. Luego sintió que la luz brillante lo envolvía y comenzó a elevarlo más y más alto en el aire. Mientras subía a la altura de los árboles, finalmente vio que la luz provenía de un objeto circular muy grande con ventanas a los lados. El niño fue arrastrado hacia el objeto y dejado en el piso de la nave, luego tres criaturas con uniformes y cascos de colores metálicos se reunieron a su alrededor y le hablaron en un lenguaje incomprensible. Eran tan altos como un niño de 10 años.

A la izquierda de la foto está Louis, que muestra la estatura de sus captores. A la derecha está el investigador Bob Pratt, que estudió el caso Louis.

Louis luego se encontró en un lugar oscuro y extraño fuera del bote, donde solo había oscuridad y pasto por todas partes.

«Terminé en un lugar, donde no hay árboles sino hierba muy alta. No sé cuánto tiempo tardé en llegar. Salí volando por la ventana de la nave al suelo. Estaba paralizado. Era un lugar extraño. Parecía un campo. La hierba estaba muy alta, alrededor de un metro de altura. No vi casas ni edificios por ningún lado. No podía ver el cielo, no había árboles ni estrellas. Era muy oscuro. Estos seres se acercaron nuevamente a mí y me pusieron una pipa en la nariz. Luego pusieron una bola transparente en mi boca y un líquido bajó por mi garganta rápidamente. Me quedé dormido y no sé qué pasó después. Me desperté en la jungla familiar de mi zona todavía paralizado».

Allí, en el suelo, estuvo tres días enteros, ya que estaba en un estado de shock severo antes de que el pescador lo encontrara.

Su historia se hizo conocida porque el pescador lo encontró y lo llevó a un hospital de la ciudad, y el periodista Bob Pratt se interesó por ella. Fue específicamente a su aldea para entrevistarlo, también interrogó al personal médico, incluidos dos psiquiatras, ya que la condición de Louis no encajaba con ninguna versión lógica del incidente como lo describieron los médicos.

Unos meses después, en la misma zona de Brasil, los pobladores notaron en la selva a tres humanoides con uniformes plateados, es decir, similares a los descritos por Luis. Nadie sabía lo que estaban haciendo allí, pero Bob Pratt dijo que podrían haber secuestrado a otras personas y estaban arrojándolas en la jungla de la misma manera. Pero nadie los encontraría nunca, y podrían morir y ser considerados desaparecidos por sus compañeros del pueblo.

Este se trata de un caso poco difundido en el mundo pero que quedó como una historia local inquietante para los pobladores.

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