Cuando los europeos llegaron a América, nacieron cientos de historias sobre una ciudad Legendaria, oculta entre las profundidades de la selva amazónica. A pesar de que muchos la buscaron, quién más se abocó a la tarea fue Percy Fawcett, quien la llamó «Z».

Entre los exploradores de «El Nuevo Mundo», existieron muchas leyendas relacionadas con una mítica ciudad perdida. La llamaban de muchas maneras, aunque nadie supo en realidad cuál era su nombre o si en realidad existía.

Muchos se han abocado a buscarla, movidos por la curiosidad o por el supuesto oro que abunda en ella. Percy Fawcett fue el explorador que más se dedicó a encontrarla. Él la llamaba la ciudad perdida de Z.

Junto a su equipo fue en su búsqueda, sin embargo, desaparecieron sin dejar ningún tipo de rastro ¿Qué sucedió con él?

Percy Fawcett, el explorador detrás de «Z»

Percy Fawcett, el explorador que buscó la ciudad perdida de Z. Crédito: Daniel Candido/Wikimedia Commons

Percy Fawcett era un coronel que nació en Inglaterra en 1867. Saltó a la fama por ser el primero en explorar algunos de los lugares desconocidos del mundo.

Su fama fue tal, que sus aventuras incentivaron la creación de varias obras literarias de aventura, llegando incluso al cine. Hollywood se inspiró en él para hacer al famoso Indiana Jones.

Para la época en la que Fawcett se fascinó por el Amazonas, las tierras vírgenes de la selva tenía aproximadamente el tamaño de los Estados Unidos.

En 1906, recibió el patrocinio de la Royal Geographical Society, una organización británica que se encarga de patrocinar expediciones científicas a lugares inexplorados.

Su misión era explorar la frontera entre Brasil y Bolivia, donde estuvo 18 meses. Fue ahí donde escuchó, investigó y se obsesionó con las civilizaciones perdidas del Amazonas.

Expediciones a las selvas vírgenes y el Manuscrito 512

El Manuscrito 512 que leyó Fawcett. Crédito: Girto720/Wikimedia Commons

La primera vez que Fawcett pisó tierras amazónicas, fue para cartografiar la frontera selvática de Brasil y Bolivia. El coronel contó algunas anécdotas que fueron tachadas de exageradas. Como el avistamiento de una anaconda de 19 metros y arañas gigantes.

En 1910, hizo una expedición en la frontera de Perú y Bolivia, buscando la fuente de los ríos Guoparé y Heath. Volvió a Inglaterra para participar en la I Guerra Mundial. Cuando finalizó, regresó una vez más a Brasil para estudiar la flora y la fauna.

Durante ese tiempo, su obsesión por civilizaciones perdidas aumentó más. Esta vez por una ciudad perdida en la selva, en la región de Mato Grosso.

Fawcett duró años investigando sobre el tema hasta que en 1920 se topó con un extraño documento en la Biblioteca Nacional de Río de Janeiro.

El título era «Manuscrito 512» y fue escrito por un explotador portugués en 1753. En el texto se relataba el hallazgo de una ciudad amurallada en la región de Mato Grosso de la selva amazónica.

Sus características eran similares a la de las ciudades griegas, repletas de grandes edificios, arcos de piedra y grandes calles que llevaban a un lago, donde el explorador vio a dos «indios blancos» navegando en una canoa.

El texto menciona que los edificios tenían una especie de escritura antigua parecida a la griega, pero los arqueólogos desestimaron todos estos hallazgos. Sin embargo, para Fawcett, era la confirmación de sus creencias.

La búsqueda de Z y la desaparición de Percy Fawcett

Ruta y estaciones seguidas por Fowcett. Crédito: Dominio Público/Wikimedia Commons

En abril de 1925, partiría por última vez en busca de Z junto a su buen amigo Raleigh Rimell, su hijo mayor de 22 años, Jack y dos empleados brasileños que siempre lo acompañaban.

En esta ocasión iban muy bien equipados, además contaba con el financiamiento de varios diarios y sociedades.

El 29 de mayo de 1925, el grupo alcanzó el borde de un territorio virgen, adentrándose a selvas inexploradas.  En una de sus cartas explicó que estaban cruzando el Alto Xingu y que habían enviado de regreso a uno de los empleados brasileños.

Llegaron hasta una zona conocida como Campo del Caballo Muerto. Fawcett hizo envíos de su ubicación durante 5 meses seguidos, sin embargo, paró de un momento a otro.

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Su último envío fue a su esposa Nina, donde decía que esperaban cruzar la región en la que estaba en pocos días.

«No hay que tener miedo de ningún fracaso», Finalizó la carta. Después de ese día, no se supo más de él o el equipo.

Todo lo que rodea este caso es un misterio, empezando con la última carta misma; hay discrepancias en las coordenadas. Fawcett aseguró que estaban en el Campamento del Caballo Muerto, de coordenadas  11°43′S 54°35′W. Pero las coordenadas dadas por el explorador fueron 13°43′S 54°35′W.

No existía razón alguna para esa discrepancia, tampoco cabía un error tan aficionado en un experimentado explorador.

¿Qué pasó con Fawcett y su equipo?

Vista aérea de Mato Grosso, uno de los últimos lugares visitados por el equipo. Cortesía: MarinelsonAlmeidaSilva / Wikimedia Commons

El equipo había planeado estar fuera un año entero. Sin embargo, al pasar los dos años sin dar ningún tipo de señal, se organizaron diferentes expediciones para buscarlos. Muchas de ellas sufriendo el mismo destino.

Durante las siguientes décadas, incluso en la actualidad, se sigue intentando descubrir que sucedió con el equipo de Fawcett.

En 1960, el explorador danés, Arne Falk-Ronne, viajó a Mato Grosso para investigar. Señaló en su libro que, lo más probable es que el equipo haya sido víctima de los indígenas Kalapo, a los cuales se les debía llevar regalos como normas de protocolo.

El diario británico The Observer, publicó un artículo en el 2004 en donde Misha Williams, un director de televisión, asegura que Fawcett no quiso volver y se estableció en una comuna teosófica.

David Grann, del New York Times, visitó a los Kalapos y llegó a la misma conclusión; había muerto en manos de los indígenas.

La Ciudad perdida de Z

La ciudad perdida de Kuhikugu, descubierta en 2007. Crédito: iieh.com

Muchas personas se preguntan por qué Fawcett arriesgó su vida en busca de una ciudad que, obviamente, no existía.

Sin embargo, en los últimos años se han hecho hallazgos de una gran cantidad de ciudades antiguas y restos de cultos religiosos en las selvas guatemaltecas, hondureñas, bolivianas y brasileñas. Por lo que no todo está dicho.

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En el 2007, Michael Heckenberger, arqueólogo y explorador, escribió sobre el hallazgo de un colosal asentamiento conocido como Kuhikugu. Sumamente cerca de la zona en la que Fawcett y su equipo buscaban la ciudad perdida de Z.

Aún quedan muchas preguntas por resolver en este caso, principalmente que sucedió con el equipo. Pero el misterio de la ciudad perdida de Z también continúa vigente ¿Podría existir una ciudad perdida tan colosal en la selva amazónica?

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