DECODIFICADO
Mecanismo de Anticitera: una «computadora» de 2.000 años de antigüedad
El Mecanismo de Anticitera se encontró en el lugar de un naufragio frente a la costa de la isla griega de Anticitera. Los restos del naufragio fueron hallados por buceadores de esponjas en abril de 1900 mientras buscaban almejas para comer.
Los buceadores informaron del hallazgo a las autoridades y, finalmente, se envió a un arqueólogo a recuperar los restos del naufragio. Entre los objetos recuperados había piezas de bronce deformes y corroídas que pasaron desapercibidas en el Museo Arqueológico Nacional de Atenas durante cincuenta años antes de despertar el interés de los historiadores.
Pasaron dos años antes de que las piezas de bronce recibieran alguna atención significativa en 1902. El arqueólogo Valerios Stais examinó las piezas y observó lo que parecía ser un engranaje que sobresalía del coral incrustado.
Stais fue el primero en sugerir que se trataba de algún tipo de aparato astronómico. Pero los científicos de la época rechazaron la idea pensando que el artefacto tenía un origen más moderno y que de algún modo se había mezclado con los restos del naufragio.
Finalmente, en 1971, el físico e historiador Derek John de Solla Price se interesó por el artefacto. Price solicitó la ayuda del físico nuclear Charalampos Karakalos para realizar radiografías del artefacto y echar un vistazo a su interior.
Un sorprendente artilugio
Lo que encontraron les asombró. Estaban viendo un complejo artilugio de engranajes, diales e inscripciones. Pero este tipo de investigación arqueológica estaba entonces en pañales y sólo proporcionaba un indicio de lo que estaba por venir.
Los científicos tuvieron que esperar al menos otros 40 años para que la tecnología desarrollara los medios necesarios para desvelar los secretos del artefacto. No fue hasta hace poco, con el desarrollo de los escáneres 3D de rayos X y las imágenes de alta resolución para realzar las inscripciones difuminadas de la superficie, que se pudo comprender el artefacto.
Ahora sabemos que las piezas de bronce corroídas fueron en su día un pequeño y complejo ordenador analógico de bronce construido hace al menos dos mil años. El dispositivo tenía más de treinta engranajes detrás de sus diales y puede calificarse fácilmente como uno de los artefactos tecnológicos más avanzados que se desarrollaron en la era precristiana.
El tamaño del mecanismo de Anticitera era similar al de un reloj de sobremesa. Probablemente, el dispositivo estaba encajonado dentro de una caja de madera (con una gran esfera circular y agujas giratorias), como indican los trozos de madera que se encontraron en las piezas recuperadas del naufragio. También constaba de una manivela lateral para accionar el dispositivo. Al girar la manivela se accionaba un tren de ruedas dentadas entrelazadas y un mínimo de siete agujas a diferentes velocidades.
Los distintos punteros representaban la posición del Sol, la Luna y los cinco planetas Marte, Mercurio, Venus, Júpiter y Saturno que pueden verse a simple vista. Las fases de la Luna se representaban mediante una bola giratoria plateada y negra. Las inscripciones proporcionaban información sobre la salida y puesta de las estrellas en un día concreto. Las dos esferas de la parte posterior de la caja representaban un calendario de los eclipses solares y lunares.
De este modo, el aparato proporcionaba una gran cantidad de información astronómica. Algunos investigadores creen que el mecanismo se utilizaba posiblemente para enseñar astronomía, pero lo más probable es que se utilizara para la astrología. Recordemos que se trata de una época en la que la astrología y la astronomía eran el mismo estudio.
Con un simple giro del dial, los astrólogos de la época podían ver las alineaciones planetarias para cualquier día y hora y utilizarlas en sus predicciones. Esto, junto con su capacidad para predecir presagios como los eclipses solares y lunares, probablemente hizo que estos dispositivos fueran increíblemente valiosos.
El Proyecto de Investigación del Mecanismo de Anticitera, un esfuerzo internacional que cuenta con el apoyo de varias universidades y empresas privadas, sigue tratando de desentrañar sus secretos. Una de las revelaciones es que, aunque el mecanismo de Anticitera puede ser el único artefacto conocido de su clase, puede haber otros esperando a ser descubiertos. Los escritos contemporáneos de la época mencionan este tipo de dispositivos. De hecho, se cree que Arquímedes de Siracusa, un inventor muy famoso, había diseñado y construido varios dispositivos de este tipo.
Esta pieza perdida de la tecnología antigua sigue asombrando y fascinando a los científicos. Ilustra más que nada las lagunas de nuestra comprensión de la historia antigua. Sin duda pone en tela de juicio la imagen de los antiguos que lo conseguían todo con herramientas sencillas como martillos y cinceles.
Actualmente, el mecanismo está expuesto en el Museo Arqueológico Nacional de Atenas, entre las colecciones de bronce. El American Computer Museum de Bozeman, Montana, también exhibe una reproducción de este mecanismo.
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