¿Tuvieron los extraterrestres influencia en nuestra historia? Y de ser así, ¿cuál fue el grado de influencia? Tan solo basta apreciar los enormes monumentos dejados en todo el mundo, tan similares entre sí, para darse cuenta que en el remoto pasado hubo una incursión no humana, un arquitecto que moldeó nuestro futuro.

¿Hemos sido visitados? ¿Han influido los extraterrestres en nuestra historia? Si nos fijamos en la mitología, ¡parece que hemos sido visitados! Casi todas las mitologías (incluida la cristiana) mencionan algún tipo de dioses voladores.

En el mito algonquino (relatado en el libro de J.F. Bierlein «Parallel Myths«), un cazador, Algón, se topa con un círculo cortado en la hierba. Escondido entre los arbustos, observa cómo desciende del cielo una gran cesta de sauce de la que emergen doce hermosas doncellas. ¿No suena esta descripción de una «cesta» voladora similar a los informes modernos de «platillos volantes»?

En la antigua Sumeria, las tablillas de arcilla describen las visitas de los dioses. Los dioses vuelan en vehículos, llamados Shems, o Mu, que se describen como «rocas» altas como cohetes de las que sale fuego.

Los dioses visitantes se alojan en templos, construidos por humanos bajo las instrucciones de los dioses, y son atendidos. Ciertamente, las descripciones detalladas de todo, desde quién estrecha primero la mano de los dioses hasta qué comida se sirve y cómo se lleva a los dioses de vuelta a sus Shems, implican que los sumerios no sólo esperaban visitantes espirituales, sino seres físicos, del cielo.

En la mitología no era imposible viajar al hogar celeste de los dioses y visitarlos. Un héroe sumerio, Adapa, era tan perfecto que el dios Ea decidió mantenerlo vivo para siempre, llevándolo a la Morada Celestial de Anu (una deidad superior) donde Adapa podía comer el Pan y el Agua de la Vida.

Dioses inmortales

Si los extraterrestres eran los dioses de los mitos, ¿podrían haber tenido acceso a medicinas o alimentos superiores para evitar la muerte?

En otro mito sumerio, el héroe Gilgamesh viaja al lugar de aterrizaje de los dioses y se le permite subir a la Morada de Anu. La descripción del lugar de aterrizaje es interesante, ya que describe (según el libro El duodécimo planeta, de Zecharia Sitchin) que «los cielos chillaron, la tierra retumbó; la luz del día desapareció, llegó la oscuridad.

Gilgamesh.Imagen: Wikimedia Commons

La luz del día falló, llegó la oscuridad. Las nubes se hincharon, llovió muerte. Entonces el resplandor se desvaneció; el fuego se apagó, y todo lo que había caído se convirtió en cenizas». ¿Podría Gilgamesh haber estado describiendo el lanzamiento de un cohete? Ciertamente, un cohete podría hacer volar hacia el cielo semejante humo y cenizas…

Un mito nativo americano, uno de los indios Blackfoot, cuenta cómo una doncella se enamoró del Sol de la Mañana, y fue llevada por él al País del Cielo.

En la Biblia cristiana también hay referencias a seres del espacio exterior. En el Génesis se cuenta que los «hijos de los dioses» descendieron a la Tierra y se casaron con mujeres humanas. Los visitantes angélicos también podrían interpretarse como seres del espacio.

El Salmo 82 podría aplicarse muy fácilmente a seres del espacio exterior. El salmo comienza diciendo que «Dios preside en la gran asamblea; dicta sentencia entre los dioses».

Continúa con una descripción de los males que hacen estos dioses, y luego concluye así.

«Os dije entonces: ‘Dioses seréis todos vosotros y vástagos del Altísimo, pero moriréis como mortales y caeréis como cualquiera de los poderosos’. Levántate, oh Dios, y juzga la tierra, y toma todas las naciones como posesión tuya».

El salmo es muy claro en cuanto a la idea de que hay más de un dios, con uno como sumo líder y juez.

Visión de Ezequiel

Probablemente el versículo bíblico más citado en relación con los extraterrestres es la descripción de Dios que hace Ezequiel. En Ezequiel 1:1-25 Ezequiel cuenta que vio un torbellino de color pálido que rodeaba algo que brillaba como metal amarillo pálido. Continúa describiendo cuatro criaturas vivientes, que parecían hombres, pero que llevaban pezuñas de metal y cascos que mostraban rostros de animales.

Otras descripciones de dioses en otras mitologías también se parecen a las de extraterrestres. A los dioses se les suele dibujar con alas, pero sus alas no siempre parecen alas que crecen de ellos, sino que se las ponen.

Puede que las alas sean simplemente para ilustrar que los dioses volaban, y no para mostrar cómo volaban claramente. También hay un gran número de «globos voladores» y otras naves espaciales tipo cohete en las imágenes antiguas.

En algunos mitos, los dioses pueden visitar a los humanos sin ser reconocidos, pero en otras historias, los dioses pueden ser reconocidos fácilmente. ¿Podrían haber llevado uniformes o equipamiento para volar? A menudo se dibujaba a los dioses con «cascos».

También se atribuye a los dioses el mérito de enseñar a la gente su lengua. Con esto en mente, consideremos la historia bíblica de la torre de Babel. En ella, la gente decide construir algo que originalmente se llamaba Shem, pero que tradicionalmente se traduce como «un nombre», con la esperanza de no separarse.

¿Cómo podría un nombre ayudar a evitar que se separaran? Sin embargo, si la palabra original Shem significa nave espacial, o avión, como en el que volaban los dioses sumerios, entonces el proyecto de construcción es completamente práctico.

En la historia, para construir su Shem, construyen una torre. Una torre, por supuesto, podría ser una plataforma de lanzamiento. O podría ser el propio Shem. Ahora bien, es poco probable que la gente de Babel supiera cómo construir un dirigible por sí mismos, ¿pero tal vez tuvieron la ayuda de uno de los dioses?

Influencia de los dioses

Un dios, que como Prometeo (el dios griego que fue castigado por dar fuego a los humanos) desafió a los otros dioses en ayuda de los humanos. Los otros dioses no estaban contentos, y se dirigieron a los humanos, separándolos y dándoles lenguas diferentes para que no pudieran comunicarse y trabajar juntos.

Prometeo. Imagen: Wikimedia Commons

Después de todo, si los dioses son extraterrestres, definitivamente no apreciarían que sus súbditos, los humanos, se volvieran avanzados.

El libro «Dioses del Edén» de William Bramley habla de «dioses custodios» que gobiernan la Tierra. Al igual que Sitchin, Bramley sugiere que crearon a los humanos como raza esclava.

En su libro habla de su influencia sobre la humanidad a lo largo del tiempo, utilizando la guerra, las plagas, otros desastres «naturales» y la religión como métodos de control para mantener a los humanos ignorantes y, por tanto, obedientes a los gobernantes extraterrestres.

Tal historia de la creación se cuenta en la mitología maya, que habla de cuatro dioses discutiendo desde sus tronos en el cielo, cómo quieren crear criaturas para disfrutar de la tierra y adorarlas.

Intentan crear criaturas de polvo, madera y oro, pero fracasan. Entonces el cuarto dios crea criaturas de sus dedos. Estas cuartas creaciones eran humanos, y adoraban a los dioses como fueron creados también.

¿De dónde vinieron los extraterrestres? Según Zecharia Sitchin, vinieron de un duodécimo planeta de nuestro sistema solar. Señala la importancia que se ha dado al número doce a lo largo de la historia.

Había doce grandes dioses sumerios y doce dioses del Olimpo. En la Biblia, José se compara a sí mismo y a sus hermanos con doce cuerpos celestes. Tenemos doce meses al año y algunos de nuestros sistemas matemáticos siguen utilizando los números 60 y 12 de los sumerios (¿no es extraño que tengamos 60 minutos en una hora y no cien? ¿O que nuestro día tenga 24 horas y no 20?).

Si los extraterrestres vinieran de planetas de otros sistemas solares, sería improbable que pudieran viajar de un lado a otro tan fácilmente como se dice. La idea de que procedieran de un planeta aún desconocido de nuestro propio sistema solar tiene más sentido.

¿Podrían los mitos antiguos hablar de extraterrestres? Por lo que leo, veo que existe esa posibilidad. ¿Por qué iba a ser la Tierra el único planeta con vida, y si hay vida en otros lugares, por qué no podría habernos visitado?

Si nos han visitado, ¿por qué aparentemente se han ido? Tal vez no. Tal vez sí. En este ensayo sólo deseo presentar parte de la información que he encontrado.

Por: Christy Taylor

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