Hace muchos miles de años un animal enorme caminó sobre los húmedos terrenos, evocando a narraciones fantásticas. Se trataba del llamado «Unicornio» Siberiano. Porque los unicornios sí existieron, al menos estos especímenes sí.

Elasmotherium, también conocido como rinoceronte gigante o unicornio gigante de Siberia, es una especie extinta de rinoceronte que vivió en la zona euroasiática a finales del Plioceno y en el Pleistoceno. Están documentados desde hace 2.6 millones de años, pero los fósiles más recientes proceden de hace unos 29.000 años.

El más conocido de esta especie, el E. sibiricum, tenía el tamaño de un mamut, estaba cubierto de pelo y se cree que tenía un gran cuerno que le sobresalía de la frente, de ahí el título de «unicornio siberiano». Según las primeras descripciones estimadas, la bestia medía unos 2 metros de altura, 4.5 metros de longitud y pesaba unas impresionantes 4 toneladas.

Descifrando la historia del unicornio siberiano

La especie, Elasmotherium, fue bautizada por primera vez en 1808 por Johan Fischer von Waldheim, Dirécteur Perpétuel del Museo de Historia Natural de la Universidad de Moscú. Todo lo que presentó para argumentar su caso fue la mandíbula inferior, donada al museo por Yekaterina Romanovna Vorontsova-Dashkova. Pero a partir de ahí se dio nombre a la especie y se siguió estudiando.

En marzo de 2016, se encontró en la región kazaja de Pavlodar un cráneo magníficamente conservado que demostraba que el animal vivió hasta el Pleistoceno, hace unos 29.000 años, en lugar de la creencia anterior de que se habían extinguido hace 350.000 años. Por el tamaño y el estado del cráneo, se ha sugerido que se trataba de un macho muy viejo, pero no se sabe con certeza cómo murió la bestia.

Han surgido varias teorías sobre el aspecto del unicornio siberiano, así como sobre su alimentación y hábitos, debido a la gran variación de las reconstrucciones. Algunas muestran a la bestia galopando como un caballo; otras encorvada con la cabeza hacia el suelo, como un bisonte, y otras sumergida en un pantano como un hipopótamo.

«Elasmotherium» (circa 1920) por Heinrich Harder. (Public Domain)

Debate sobre el cuerno y la extinción del unicornio siberiano

La cuestión del cuerno es muy debatida, normalmente en torno a si había uno o no, su tamaño y para qué se utilizaba. Las teorías sobre la función del cuerno van desde la defensa, atraer a las parejas, ahuyentar a los competidores, barrer la nieve de la hierba y excavar en busca de agua y raíces de plantas. Dado que las bestias eran herbívoras, como nuestros rinocerontes modernos, este cuerno no podía utilizarse para atacar o matar presas.

Sólo existen pruebas circunstanciales a partir de escasos especímenes que demuestren si la bestia tenía cuernos o no, y si era peluda o calva. Sin embargo, hay indicios que sugieren que la criatura estaba cubierta de pelo, como el más conocido mamut lanudo.

La principal prueba de que el unicornio siberiano tenía cuernos es la protuberancia frontal del cráneo, que llamó la atención de los paleontólogos en el siglo XIX y que se interpretó inmediatamente como la base de un cuerno. Las pruebas también demuestran que el cuerno no era circular. Así lo corrobora un fósil con una herida punzante no circular y parcialmente cicatrizada en la base, que suele interpretarse como el resultado de un duelo con otro macho con un cuerno.

Mientras que los machos habrían luchado por su territorio, su hábitat se extendía desde el río Don hasta el este del actual Kazajstán. Los hallazgos de residuos muestran una larga habitación de estos antiguos rinocerontes en el sureste de la llanura de Siberia Occidental. Sin embargo, no hay una razón clara de por qué se extinguieron los últimos unicornios siberianos. Los investigadores han estado investigando los factores ambientales específicos que pudieron causar la extinción de esta especie, ya que podrían dar respuestas a la extinción a la que se enfrentan varias especies en la actualidad.

El unicornio legendario

Las leyendas del unicornio, o bestia con un solo cuerno, existen desde hace milenios en China y Europa del Este. El «K’i-lin» chino, que se refería a una especie de bestia, se tradujo a las lenguas y tradiciones turcas y mongolas. Aunque los escritores de todas estas lenguas no sabían cómo describir a la bestia, un tema común era el cuerno único, junto con su enorme estatura.

Arriba: Arte rupestre de Rouffignac, Francia, que se cree representa al extinto Elasmotherium. (Dominio público) Abajo: Elasmotherium sibiricum. (DiBgd/ CC BY SA 3.0)

Una vasija de bronce del periodo de los Estados Combatientes muestra un animal muy parecido al representado en las pinturas rupestres que se dice que es Elasmotherium: cabeza gacha para pastar, cuerno que sobresale de la frente, y cabeza y hombros desplomados.

En 1866, Vasili Radlov descubrió entre los yakutos de Siberia la leyenda de un «enorme toro negro» muerto por una sola lanza. Se decía que la bestia tenía un solo cuerno tan grande que había que transportarla en trineo. En esta región circulan otras leyendas, generalmente sobre un gran toro lanudo blanco o azul con un gran cuerno que le salía de la frente.

De la Rusia septentrional medieval procede una colección de baladas, llamadas «Golubinaia kniga» o «El libro de la paloma», procedentes del zoroastrismo, pero con matices cristianos. Estas baladas muestran a un unicornio justo luchando contra un león, que representa la mentira. El unicornio de estos cuentos vivía en una montaña sagrada, y se creía que era la madre y el padre de todos los animales. Esta criatura salvaba al mundo de la sequía cavando manantiales de agua pura y limpia con su cuerno. Por la noche, vagaba por las llanuras y forjaba un camino con ese mismo cuerno.

Esta misma criatura aparece en otros textos religiosos, pero suele considerarse más una criatura simbólica que una entidad real. En realidad, la palabra árabe-persa para unicornio combina unicornio y rinoceronte, considerando al rinoceronte como portador de la verdad y el bien en el mundo. En el cristianismo, el cuerno único se considera un símbolo del monoteísmo.

Aunque la mitología puede apuntar a la actualidad de esta criatura, se trata de pruebas meramente circunstanciales. Habrá que investigar más y encontrar más fósiles para saber con certeza qué aspecto tenía esta bestia y si los unicornios eran reales o no.

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Vía: ancientorigins