La Antártida guarda cierto parecido con Marte, con la excepción de que tiene más oxígeno. El frío es comparable; en algunas zonas, las temperaturas descienden hasta los 90 grados bajo cero. La principal diferencia es que la Antártida está habitada, mientras que Marte no lo está. Sin embargo, esto no implica que el continente helado esté bien explorado; de hecho, se dispone de más imágenes de alta resolución de Marte que de la Antártida. Incluso en las pocas imágenes que tenemos, a veces surgen hallazgos misteriosos.

Pasadizos y salidas misteriosos

El intenso escrutinio de los usuarios de las redes sociales fue captado recientemente por un objeto rectangular hallado en la superficie del continente helado, que fue observado mediante Google Earth.

El objeto se asemeja a una enorme puerta y ha sido bautizado como tal. Sus coordenadas son 69°00’50″S 39°36’22″E, situadas al suroeste de la estación japonesa Showa en la Antártida.

La curiosidad ha llevado a muchos a creer que la «puerta» existe realmente, sobre todo porque las imágenes proceden de datos de satélite. El debate se centra en su posible identidad.

La teoría predominante entre los entusiastas es de naturaleza extraterrestre. Algunos sugieren que se trata de una entrada visible a una base alienígena subterránea, o tal vez de una nave espacial parecida a las que aparecen en la franquicia Star Trek.

¿La «puerta» se abre a una base clandestina construida por el Tercer Reich?

Según una leyenda conspirativa muy extendida pero descabellada, los nazis descubrieron vastas y cálidas cavidades en el interior de la Antártida durante expediciones al Tíbet, que supuestamente contenían restos de alienígenas o de una antigua civilización avanzada que una vez habitó la zona.

Al parecer, a finales de la década de 1930, las expediciones alemanas habían descubierto un pasadizo secreto en el hielo que les permitía acceder a estas cavidades mediante submarinos.

La leyenda varía: en una versión, los nazis construyeron ciudades bajo el hielo; en otra, se aliaron con las entidades locales y ocuparon las viviendas disponibles.

Se afirma que, en 1945, Adolf Hitler y Eva Braun fueron transportados en secreto a esta región subglacial, escoltados por una flota de grandes submarinos, conocida como el Convoy del Führer. Persisten los rumores de que Hitler vivió allí recluido hasta 1971, o incluso hasta 1985.

Los mitos antárticos también sugieren que los «platillos volantes» del Tercer Reich están ocultos bajo el hielo, y en libros, películas, programas de televisión y en Internet abundan las especulaciones sobre si estas naves eran inventos nazis o préstamos extraterrestres. Se cree que estos OVNIs, descritos como «platillos», están operativos, despegan de minas antárticas y son pilotados por los descendientes de los nazis derrotados.

Sin embargo, los glaciólogos sostienen que la llamada «puerta» no es más que un bloque de hielo moldeado por la intemperie y enmarcado por depósitos de nieve, creando la ilusión de una entrada. A pesar de esta explicación científica, persisten los interrogantes sobre otra «puerta» identificada en 2010 por Joseph P. Skipper, un reputado arqueólogo virtual de Estados Unidos.

Anomalías en la Antártida

Las imágenes de Google Earth revelan una gran abertura triangular, que un investigador midió en 30 por 100 metros. Parece conducir al interior. ¿Podría ser la entrada a una base subterránea? Además, se especula que los ovnis podrían salir de esta abertura, ascendiendo a través de ella.

«Platillos» congelados

El primer avistamiento de un «platillo volante» en la Antártida se atribuyó al mismo Skipper. Se observó su borde redondeado e inesperadamente liso sobresaliendo del macizo de hielo. El «platillo», según el arqueólogo virtual, estuvo una vez encerrado en hielo y más tarde se hizo visible debido a la erosión o como consecuencia del calentamiento global que afecta al continente.

En 2017, los compañeros de Skipper del grupo de investigación Secureteam10 encontraron su propio «platillo», emergiendo de debajo del hielo en las coordenadas 74°38’18.53″ S 164°31’48.53″ E.

Tras una inspección más detallada de la fotografía, los entusiastas distinguieron una sombra proyectada por el borde de un acantilado derrumbado. La sombra era inconsistente, destacando una forma semicircular más oscura, que podría ser fácilmente malinterpretada como parte de la estructura de un objeto en forma de disco.

Platillo volador en la Antártida

Unos días más tarde, los mismos entusiastas avistaron el disco en otro lugar (coordenadas: -66.273354, 100.984661), presumiblemente distinto. Estaba parcialmente oculto, no por el hielo, sino por un saliente rocoso.

En total, había tres «platillos volantes». Si efectivamente están asociados con seres extraterrestres, entonces sugeriría que la Antártida es un centro desolado para tales entidades. El «callejón» de las supuestas torres, que suman 22, se extiende a lo largo de casi dos kilómetros.

¿Torres o lanzaderas?

Los objetos alineados en la Antártida, avistados en 2018 a través de Google Earth por Blake y Brent Cousins, podrían confundirse con una comunidad de casas de campo si no fuera por su remota ubicación. Los Cousins identificaron 22 objetos: 18 estrechamente espaciados a intervalos uniformes y otros 4 ligeramente separados, que se asemejan a la parte superior de rectángulos alargados.

Toda esta formación se extiende a lo largo de casi dos kilómetros, situada lejos de cualquier costa o base científica, en las coordenadas 75° 0’46.98″S y 0° 4’52.71″E.

Una estructura rectangular distinta «corona» la cadena. Todos los objetos son negros y algunos presentan manchas rojas.

Los descubridores especulan que han descubierto un antiguo asentamiento, ahora revelado por la erosión del viento después de haber estado oculto por la nieve, un testimonio de las fuerzas de la intemperie en los continentes helados.

Se han propuesto varias teorías. Algunos atribuyen las estructuras a los nazis, sugiriendo que podrían ser los responsables. Otros plantean la hipótesis de actividades contemporáneas, especulando que las operaciones mineras encubiertas podrían estar ocultando pozos bajo estas «torres».

También se especula con que las formaciones podrían ser una base militar, y que las «torres» servirían como silos de misiles.

A pesar de la apariencia artificial de estas estructuras en la naturaleza antártica, no se puede descartar la posibilidad de que sean fenómenos naturales. ¿Podría tratarse simplemente de picos de roca emergiendo en formas complejas? Parece improbable, pero no deja de ser una posibilidad.

Pirámides

En 2016, los ufólogos del canal de YouTube «Third Phase of the Moon» publicaron un controvertido vídeo en línea, afirmando que el entonces secretario de Estado estadounidense John Kerry visitó la Antártida el 11 o 12 de noviembre para reunirse en secreto con extraterrestres en una base piramidal local.

¿Es un completo disparate? No del todo. John Kerry sí viajó a la Antártida, lo que se anunció oficialmente el 4 de noviembre de 2016. Su itinerario incluía una visita a la Estación de Investigación McMurdo en la isla de Ross y sus alrededores, con planes de viajar más al Polo Sur en la Estación del Polo Sur Amundsen-Scott del Gobierno de Estados Unidos. Por lo tanto, es posible que el Secretario de Estado pudiera haber visitado la ubicación de la pirámide. Además, esta pirámide sí aparece en la Antártida en imágenes de satélite disponibles en Google Earth. Si alberga extraterrestres o hace tiempo que está abandonada sigue siendo una pregunta sin respuesta.

Los escaladores que llegaron a esta pirámide «sospechosa» la captaron en fotos, pero no descubrieron ninguna base alienígena.

La revelación de los «YouTubers» encontró un público receptivo. La supuesta pirámide de la Antártida había sido objeto de debate tres años antes, tras su supuesto descubrimiento por «investigadores» británicos del Alien Disclosure Group. Compartieron fotografías en las que la formación parecía claramente artificial.

La estructura de la Antártida no es más que una montaña de forma única dentro del macizo de Vinson, la cadena montañosa más alta del continente austral. Imágenes de la misma fueron publicadas en 2010 por montañeros que escalaron estos picos. El Alien Disclosure Group, por decirlo suavemente, reutilizó estas imágenes para crear sensación.

No obstante, las fotografías de los alpinistas presentan la pirámide como un elemento llamativo que recuerda a un edificio construido por el hombre, si uno decide verlo así. Y, evidentemente, algunos lo hacen.

¿Te gustó este artículo? Síguenos en nuestra página de Facebook: Planeta Maldek para que no te pierdas ningún contenido. Además, puedes visitar nuestra portada y acceder a todos los artículos. También puedes seguirnos en Telegram. y en Whatsapp.