¿Existe vida después de la muerte? ¿Existe el alma? ¿Vamos a otro lugar luego de morir? Sin duda, lo que ocurre tras el fin de nuestra vida terrenal es uno de los mayores enigmas de la humanidad. Ahora, científicos finalmente han una respuesta.

Durante milenios, filósofos y científicos han investigado y presentado teorías que prueban si el alma de una persona es inmortal o si muere cuando el cuerpo deja de funcionar. Los científicos de diversos campos están tratando de comprender la naturaleza misteriosa del alma.

Algunos científicos creen que el cerebro es como una computadora, y la mente humana es como un software, que es activado por un cerebro de computadora bioquantum. Resulta que el alma no muere, sino que sigue existiendo en este Universo después de la muerte.

El descubrimiento relativamente reciente de dos científicos líderes en su campo conmocionó al mundo científico: afirman que, de hecho, nuestro cerebro es una computadora biológica y nuestra conciencia es un programa ejecutado por esta computadora que no desaparece en ningún lugar incluso después de nuestra muerte.

El «alma» no desaparece después de la muerte del cuerpo

Como explican los científicos, después de la muerte del cuerpo físico de una persona, su alma no muere, la información que contiene simplemente regresa al Universo. Durante muchos siglos, las mejores mentes de la humanidad han estado ocupadas con una discusión interminable sobre si el alma existe, y si existe, si es inmortal o si muere con el cuerpo. La naturaleza misteriosa del alma humana ha captado la atención de muchas generaciones de científicos … y sólo recientemente un equipo de investigadores ha descubierto un nuevo hecho científico sobre el alma humana. De hecho, nuestra alma no muere en absoluto, simplemente regresa al Universo.

Desde 1995, el Dr. Stuart Hameroff, físico estadounidense y Doctor Emérito del Departamento de Anestesiología y Psicología de la Universidad de Arizona, junto con Sir Roger Penrose, físico de la Universidad de Oxford, han estado trabajando en una teoría cuántica de la conciencia basada en la idea de que el alma (o lo que generalmente se llama) está sostenida por estructuras de células cerebrales llamadas microtúbulos.

Esta teoría innovadora (y estimulante) sostiene que el alma de una persona se mantiene en su lugar por las células cerebrales a través de formaciones subcelulares llamadas microtúbulos.

Los científicos creen que lo que la gente percibe como conciencia es, de hecho, una colección de efectos de atracción cuántica creados por los llamados microtúbulos. Los investigadores llamaron al proceso «Reducción objetiva orquestada» (Orch-OR).

Esta teoría explica que cuando las personas se encuentran en un estado comúnmente llamado «muerte clínica», los microtúbulos ubicados en su cerebro pierden su estado cuántico, pero la información contenida en ellos no se destruye en absoluto. O, como dicen los propios científicos, cuando las personas mueren, su alma no muere con ellas, sino que simplemente regresa al Universo.

En una entrevista con Science Channel, el Dr. Hameroff explicó su teoría con más detalle:

«Imaginemos que el corazón humano ha dejado de latir, que la sangre ya no fluye por sus vasos, que los microtúbulos han perdido su estado cuántico. Pero la información cuántica contenida en los microtúbulos no se destruye en absoluto; además, no se puede destruir, solo regresa al Universo, disolviéndose en él. Si el paciente es resucitado, esta información cuántica regresa a los microtúbulos, y el paciente que vuelve a la vida más tarde dice que vio algo grandioso al borde de la muerte.

Si el paciente muere, es muy posible que esta información cuántica pueda seguir existiendo indefinidamente fuera del cuerpo, en la forma que solemos llamar alma».

Como afirma esta teoría, el alma humana es mucho más que el resultado de la interacción de las neuronas en nuestro cerebro y, muy probablemente, cada alma ha existido no desde el momento de nuestro nacimiento, sino desde el principio de los tiempos.

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