En los últimos tiempos, el concepto de ciudades subterráneas ha pasado del ámbito de la ciencia ficción a ser un tema de debate e investigación serios. Figuras destacadas como Catherine Austin Fitts, exsubsecretaria de Vivienda y Desarrollo Urbano del presidente George H. W. Bush, han llamado la atención sobre la posibilidad de que existan extensas infraestructuras subterráneas.

En una conversación con Tucker Carlson, Fitts afirmó que el Gobierno de los Estados Unidos ha construido en secreto aproximadamente 170 bases subterráneas, interconectadas por avanzados sistemas de transporte, para servir de refugio a la élite en caso de catástrofe mundial.

¿Quién es Catherine Austin Fitts y por qué debemos escucharla?

Catherine Austin Fitts no es una teórica de la conspiración cualquiera. Ha trabajado en las más altas esferas del Gobierno y las finanzas. Con un profundo conocimiento de las operaciones encubiertas, la política económica y el presupuesto de seguridad nacional, Fitts lleva años dando la voz de alarma, y cada vez son más las personas que empiezan a escucharla.

Sus afirmaciones son detalladas, documentadas y escalofriantes: cientos de bases subterráneas, algunas supuestamente bajo el océano, muchas conectadas por túneles de tránsito de alta velocidad, posiblemente incluso trenes maglev o de vacío, construidas en secreto durante décadas bajo el paraguas de la seguridad nacional.

Catherine Austin Fitts

La supuesta red subterránea

Según Fitts, estas instalaciones subterráneas no están aisladas en Estados Unidos, sino que forman parte de una red global. Sugiere que estas bases están equipadas con tecnologías sofisticadas y diseñadas para garantizar la supervivencia de unos pocos elegidos durante posibles eventos que podrían provocar la extinción.

Fitts hace referencia a un informe de 2017 del economista Mark Skidmore, que señalaba un importante gasto federal inexplicable, en particular en los Departamentos de Defensa y Vivienda y Desarrollo Urbano, como posible prueba que respalda sus afirmaciones.

La entrevista que conmocionó a Internet

En la ya famosa entrevista con Tucker Carlson, Catherine reveló:

«Hemos construido un número extraordinario de bases subterráneas y, presumiblemente, sistemas de transporte… Entre 2021 y 2023, recopilamos todos los datos que pudimos. ¿Nuestra estimación conservadora? 170 bases subterráneas solo en Estados Unidos, y posiblemente más bajo los océanos».

Carlson, inicialmente atónito, preguntó: «¿Cuál sería el objetivo?»».

¿Su respuesta?

«¿Y si pensaras que se avecina un evento cercano a la extinción?».

Piénsalo: si se avecinara un cataclismo global —una guerra, un colapso medioambiental, una pandemia creada mediante bioingeniería—, ¿adónde iría la élite para sobrevivir? Desde luego, no a una cabaña de montaña cualquiera.

El patrón detrás del telón: ciudades subterráneas en todo el mundo

La idea de ciudades subterráneas secretas no es nueva, pero nunca antes se había sentido tan real, tan bien documentada y tan inminente.

Estos son solo algunos ejemplos que han llegado al conocimiento público:

• El Aeropuerto Internacional de Denver: desde hace tiempo se rumorea que se encuentra sobre un vasto complejo subterráneo.
• El Depósito Global de Semillas de Noruega: un depósito apocalíptico de toda la vida vegetal.
• La «Gran Muralla» subterránea de China: una red de túneles con fines nucleares y militares.
• El complejo de la montaña Yamantau en Rusia: una de las instalaciones secretas más grandes que se conocen en la Tierra.

¿Podrían formar parte de un sistema mucho más grande e interconectado diseñado no solo para la supervivencia, sino también para la segregación?

Existen 170 instalaciones subterráneas para la élite, según Catherine Austin Fitts.

Una profecía de 1909: «La máquina se detiene», de E. M. Forster

La idea de vivir bajo tierra no es nueva. Durante la Guerra Fría, se construyeron instalaciones como el complejo de la montaña Cheyenne y el búnker Greenbrier para proteger a los funcionarios del Gobierno en caso de un ataque nuclear. Estos ejemplos históricos demuestran la viabilidad de las estructuras subterráneas a gran escala.

¿Lo más inquietante de todo este rompecabezas? Que podría haber sido predicho hace más de 100 años.

En 1909, el autor británico E.M. Forster publicó un cuento titulado «La máquina se detiene». En él, la gente vive bajo tierra, completamente dependiente de una máquina gigante que les proporciona todo: comida, entretenimiento, educación. Viven solos y solo se comunican a través de pantallas. Las reuniones físicas son poco frecuentes y están mal vistas. La superficie de la Tierra ha sido declarada inhabitable.

¿Te suena familiar?

He aquí una muestra de las sorprendentes predicciones de la historia:

• Personas aisladas en habitaciones individuales que se comunican a través de pantallas (¿alguien dice Zoom?).
• Sin contacto físico, sin ejercicio y con cuerpos débiles: la sociedad desaprueba la fuerza.
• Una única autoridad que controla todas las funciones, desde la temperatura hasta la regulación de las emociones.
• Sistemas de control similares a la inteligencia artificial que determinan quién vive, quién muere y quién procrea.

La visión de Forster se acerca de forma inquietante al mundo digital, remoto y aislado en el que empezamos a sumergirnos en el siglo XXI.

¿Era ficción… o una hoja de ruta?

El simbolismo de la colmena: ¿somos las abejas de su sistema?

Ciudades subterráneas. Habitaciones como panales. Obediencia a una autoridad central. Comportamiento gregario.

No son solo metáforas, son símbolos codificados utilizados por sociedades secretas durante siglos.

La masonería y otros grupos esotéricos suelen venerar a las abejas, la colmena y el concepto de una inteligencia central similar a la de una reina. En su visión de la «sociedad perfecta», los seres humanos son como abejas obreras: leales, sumisos y prescindibles. La inteligencia colectiva sustituye a la individualidad.

No es de extrañar que las viviendas subterráneas se describan a menudo como celdas de una colmena: pequeñas, sin ventanas, eficientes y estrechamente vigiladas.

Catherine Austin Fitts reveló que existen 170 instalaciones subterráneas en todo Estados Unidos y bajo los océanos.

¿Y si las colmenas ya están pobladas?

Cada año, millones de personas desaparecen en todo el mundo. Algunas son víctimas de la trata, otras son asesinadas… pero muchas nunca se encuentran. Ni rastro. Ni cadáveres. Nada.

¿Y si algunas de estas personas no han desaparecido, sino que han sido trasladadas? ¿Y si las envían a colmenas subterráneas, no como ciudadanos, sino como propiedad?

La teoría de Fitts coincide con otras ideas inquietantes:

• Redes secretas subterráneas utilizadas para abusos rituales, extracción de órganos o experimentos biomédicos.
• Poblaciones etiquetadas como no humanas, mediante la manipulación del ADN o la eliminación de la identidad digital.
• Un sistema de especies de dos niveles: los «humanos» en la superficie y los «bioactivos» bajo tierra.

Suena descabellado. Pero también lo eran la inteligencia artificial, las ciudades inteligentes, la moneda digital y la vigilancia de la población hace solo 20 años.

Las Piedras Guía de Georgia y la agenda de control de la población

Si esto todavía suena a ficción, recuerde las Piedras Guía de Georgia, un misterioso monumento de granito que permaneció en pie durante más de 40 años antes de ser volado en 2022. ¿Su primer mandamiento?

«Mantener la humanidad por debajo de 500 000 000 en equilibrio perpetuo con la naturaleza».

¿Por qué alguien declararía públicamente una reducción tan drástica de la población? ¿Y por qué se destruyeron las piedras inmediatamente después de ser bombardeadas, como si alguien quisiera que se olvidaran?

No se trata solo de búnkeres ocultos. Se trata del futuro de la civilización y de si el destino de la humanidad se está dividiendo silenciosamente entre los que heredarán la superficie y los que heredarán el inframundo.

Al contemplar la posibilidad de estas ciudades ocultas, la pregunta ya no es «¿Son reales?», sino «¿Por qué no se nos dice la verdad sobre ellas?». El silencio puede no ser accidental. Puede ser intencionado. Porque si se revelara la verdad que se esconde bajo nuestros pies, el mundo tal y como lo conocemos, en la superficie, podría no volver a ser nunca el mismo.

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Por: PlanetaMaldek.com