Hace algunas semanas se difundió un informe elaborado por un connotado astrónomo y un funcionario del gobierno de Estados Unidos en que mencionaban la posibilidad de que una nave nodriza se encuentre en el Sistema Solar y esté enviando drones o sondas a estudiar los planetas vecinos, incluida la Tierra. ¿Es esto posible? Analicemos un poco más…

«Existe la posibilidad de que naves nodriza extraterrestres y sondas más pequeñas estén visitando los planetas del sistema solar», ha declarado Sean Kirkpatrick, funcionario del Pentágono. Es el director de AARO, la Oficina de Resolución de Anomalías en Todos los Dominios, creada recientemente por el ejército estadounidense.

Por anomalías hay que entender OVNIs: en primer lugar, los que llevan varios años «escandalizando» en el cielo estadounidense junto a portaaviones, cazas y otras instalaciones militares.

Un poco antes, el general Glen VanHerck, jefe del Mando Norteamericano de Defensa Aeroespacial (NORAD), habló con un espíritu «ufológico» similar. Afirmó que el Pentágono no abandona la versión de que los OVNIs o los UAP, según la terminología actual, fueron creados por extraterrestres.

Recientemente, tanto los militares como los científicos que participan en el «estudio exhaustivo» utilizan, en lugar de la formulación habitual y tradicional de Objetos Voladores No Identificados u OVNI, la más moderna y, al parecer, más sólida – Fenómenos Aéreos No Identificados o UAP.

La última revelación procede de un extenso documento que Kirkpatrick preparó con el profesor Abraham Loeb, que trabaja en el Centro Smithsoniano de Astrofísica de Harvard y preside el departamento de astronomía de la Universidad de Harvard y es miembro del Consejo Presidencial de Ciencia y Tecnología de los Estados Unidos.

Antes de su nombramiento en la AARO, Kirkpatrick fue científico jefe del Centro de Inteligencia Espacial y de Misiles de la Agencia de Inteligencia de Defensa.

¿Una nave nodriza en el Sistema Solar?

Obviamente, Kirkpatrick viene a ser algo así como el «ufólogo jefe del Pentágono». Él se inspiró en las ideas de Loeb, que se dieron a conocer al mundo entero, defendiendo la versión de que el sistema solar está atravesado por una nave extraterrestre – Oumuamua o «Mensajero que llegó primero desde lejos» en traducción literal del hawaiano.

Este es el nombre que recibe la misteriosa nave con forma de cigarro, de unos 400 metros de largo, que fue advertido en octubre de 2017 por astrónomos de la Universidad de Hawaii.

La trayectoria del «cigarro» se extendía hacia otros mundos – ya sea hacia la constelación de Virgo, o el Unicornio, o la Ballena. Volaba a gran velocidad, a unos 100.000 kilómetros por hora. Era anormalmente brillante – brillaba como un metal, tenía una superficie de forma compleja, y lo más importante, aceleraba periódicamente – como si alguien lo controlara.

En el informe, Loeb y Kirkpatrick fueron aún más lejos, argumentando que ‘Oumuamua podría haber sido una nave nodriza que lanzó varias docenas, si no cientos, de sondas diseñadas para explorar la Tierra y el espacio cercano a la Tierra.

Los autores escribieron:

«Las tácticas no son fundamentalmente diferentes de las utilizadas por la NASA en sus misiones».

Esos misteriosos objetos que los pilotos de la US Navy han visto en los radares infrarrojos bien podrían ser sondas automáticas.

Los telescopios actuales no detectaron las «fuerzas de desembarco» alienígenas porque las sondas son pequeñas y reflejan poca luz solar. Pero una de ellas, al parecer, sí fue detectada -lo mismo Loeb que, según se supo más tarde, los militares, que descubrieron el objeto, pero clasificaron la información relativa a su paso.

Imagen: Flickr / George Gorgo

Otro objeto caído en el océano. ¿Una sonda extraterrestre?

Según las observaciones de Loeb y su colega Amir Siraj, el 8 de enero de 2014, un cuerpo de aproximadamente un metro de tamaño y alrededor de media tonelada de peso entró en la atmósfera de la Tierra y cayó en el Océano Pacífico cerca de Papúa Nueva Guinea el mismo día.

El objeto se movía el doble de rápido que ‘Oumuamua: a una velocidad de 216.000 kilómetros por hora. Para los meteoritos y asteroides que circulan por el sistema solar, esta velocidad no es típica.

Los científicos presentaron sus argumentos en un artículo que se envió a The Astrophysical Journal Letters. Pero la publicación no se llevó a cabo. El Mando Espacial de los Estados Unidos (USSC) intervino, aparentemente porque Loeb y Siraj utilizaban datos de un satélite espía y estaciones de seguimiento del Departamento de Defensa.

Con su ayuda, los militares controlan el movimiento de misiles balísticos y reconocen explosiones nucleares. La divulgación de los datos revelaría las capacidades del sistema.

Pero de repente, a principios de abril de 2022, el teniente general John Shaw, comandante adjunto del USSC, envió un memorando especial a la NASA, en el que admitía que los científicos habían determinado correctamente la velocidad del objeto en un momento dado. Y que sea tan alta – junto con la trayectoria hiperbólica del objeto, indica innegablemente que no es local, sino interestelar.

Se conoce el lugar de la caída del objeto, que Loeb, y ahora Kirkpatrick y, quién sabe, tal vez toda la AARO consideran una sonda alienígena automática. Queda por encontrarlo. Los científicos han determinado el área donde se enviará la expedición: el tamaño de 10 por 10 kilómetros no es tan grande como para no contar con el éxito. Además, el objeto debe ser magnético. Lo que facilitará la tarea.

La búsqueda se realizará en el marco del proyecto de investigación «Galileo». La expedición en sí ya está totalmente financiada.

Al mismo tiempo, se supone que debe encontrar otras sondas, las que aún están en el espacio y siguen ocultas entre los numerosos NEOs – objetos cercanos a la Tierra. Está previsto buscarlos utilizando el Observatorio Vera C. Rubin, equipado con un telescopio reflector gran angular, que empezará a fotografiar el cielo desde la alta montaña Cerro Pachón, en Chile, a partir de 2023.

Avi Loeb, el científico que publicó el informe que se refiere a una posible nave nodriza en el Sistema Solar. Imagen: Wikimedia Commons

Una posible explicación

Por cierto, es posible que la nave nodriza sea otro objeto que se encuentra actualmente en el sistema solar: el asteroide 2011 AG5, que pasó volando junto a la Tierra a principios de febrero de 2023. Varias imágenes tomadas desde la antena Goldstone Solar System Radar de 70 metros en el sur de California mostraron que el objeto tenía forma de cigarro, casi como Oumuamua, pero más largo: unos 600 metros. Y la trayectoria también cambió. Más sobre este lavado escribió aquí.

Pero eso no es todo. Tal vez estas naves ya han visitado nuestra Tierra en los años 50.

Según ufosightingshotspot.blogspot.com, los militares trataron de encubrir la imagen del OVNI diciendo que podría haber sido «la luna», que por supuesto era una declaración ridícula.

Otro intento de encubrir la imagen del OVNI, antes de que el material fuera finalmente desclasificado y publicado, fue borrar el nombre de la persona que tomó esta foto de los archivos del proyecto, al igual que la mayoría de los nombres que estuvieron implicados en este caso.

Ahora, la imagen de 1950 del OVNI cilíndrico muestra muchas pequeñas sondas lanzadas por el OVNI que se cree que es una «nave nodriza», lo que no sólo es una prueba de que el Pentágono ya sabía hace años de la existencia de «naves nodrizas extraterrestres» que por alguna razón liberan pequeñas sondas en la atmósfera de la Tierra, sino que también podemos preguntarnos por qué el Pentágono después de tantos años está empezando a hablar de estas «naves nodrizas» que liberan pequeños OVNIs.

Deben tener una buena razón para hacer público este tema.

¿Te gustó este artículo? Síguenos en nuestra página de Facebook: Planeta Maldek para que no te pierdas ningún contenido. Además, puedes visitar nuestra portada y acceder a todos los artículos. Además puedes seguirnos en Telegram para recibir al instante la información que aquí publicamos. ¡Gracias por unirte!