Los Edimmu de Sumeria, espíritus que succionaban la sangre de seres humanos. Sus características son iguales a leyendas más modernas de vampiros.

También consumían la fuerza vital; atacaban a todos los habitantes de un hogar y poseían un poder de control mental. Miles de años después aparecen leyendas terroríficas similares, como las hadas Baobhan Sith de Escocia y Drácula. ¿Son unos mismos vampiros originarios de Sumeria?

Los mitos más conocidos de vampiros son relativamente modernos, de hace unos 2.000 años. Más antiguamente, hace 5.000 años, los sumerios ya hablaban de criaturas vampíricas relacionadas a al animismo.

Edimmu: vampiros primigenios en Sumeria

Placa Neo-Asiria con Pazuzu para proteger contra Lamashtu, espíritu maligno. Crédito: Rama / Wikimedia commons.

Son los Edimmu sumerios, espíritus que absorbían la energía vital de los humanos (eran vampiros energéticos). Los Edimmu son los espíritus de personas fallecidas que fueron maldecidas o castigadas por algún pecado imperdonable. Por eso todavía vagan por el mundo y no se trasladan hacia la eternidad espiritual.

Los Edimmu poseen la capacidad del control mental sobre las personas y siendo inmateriales, pueden atravesar puertas y paredes. Ellos consumen la vida y la sangre de toda la familia o habitantes del hogar.

Sus principales víctimas eran personas susceptibles y jóvenes. Atacaban con mayor contundencia a la hora de dormir, cuando el cuerpo está vulnerable e inconsciente. En los vivos generaban efectos adversos: causaban enfermedades y deseo para cometer actos criminales.

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Estas entidades eran almas de humanos cuyos cuerpos no habían sido enterrados con respeto o de una manera adecuada. Por ello sentían una sed de venganza y de absorción de la fuerza vital de los vivos.

Similares a vampiros de otras culturas (como Drácula)

Drácula interpretado por Christopher Lee, 1958. Crédito: Hammer.

Esos vampiros sumerios son muy parecidos a los de la mitología moderna (y de otras culturas). Por ejemplo, en el folclore antiguo de Escocia existieron las sith baobhan, unas hadas de las montañas que chupaban la sangre de viajeros, peregrinos y cazadores. Aparecían como mujeres seductoras con vestidos verdes que ocultaban sus pezuñas de venado.

Las sith baobhan tienen similitudes con el arquetipo vampírico de Drácula de Bram Stoker. Ambos cazaban en la oscuridad y dormían en ataúdes durante el día. En contraparte, Drácula seducía y clavaba sus colmillos en el cuello de las víctimas, mientras que las sith baobhan bailaban con sus víctimas y las cortaban con sus largas y filosas uñas. Igualmente, Drácula y las hadas tenían la habilidad de la telepatía.

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En civilizaciones como Babilonia, Grecia, China y Egipto se creía que una persona podía convertirse en vampiro si llegaba a rechazar rituales religiosos o se rebelaba contra las moralidad de la comunidad. El cristianismo expuso la misma doctrina: herejes, hechiceros y satanistas se convertían en vampiros después de morir.

Psicología de los vampiros

Drácula interpretado por Gary Oldman en 1992. Crédito: Sony Pictures.

Los vampiros representan una oscuridad colectiva de la humanidad, una oscuridad antigua y proveniente del inconsciente colectivo, del cual hablaba el psiquiatra Carl Jung. La sangre encarna nuestra fuerza vital. Y en psicología, el vampirismo ha sido analizado como una:

Simbiosis fatal y una alimentación de uno mismo con la vitalidad de otro (dos puntos centrales de las leyendas de vampiros).

Carl Jung identificó un arquetipo oscuro del inconsciente colectivo: el Embaucador, el cual inspira malicia y deseos. El Embaucador ha sido representado por Satanás, en el cristianismo, Loki en la mitología nórdica y el Wendigo en leyendas de nativos americanos.

¿Serán todos esos vampiros los mismos Edimmu de Sumeria? Todos comparten rasgos muy semejantes. La mitología sumeria precede a muchas otras mitologías posteriores (como Adán y Eva, el Arca de Noé y el Diluvio), así que es lógico pensar que los Edimmu hayan influenciado el folclore de otras civilizaciones. O quizá existieron y viajaron a otras regiones para atacar otros pueblos humanos.

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