En lo profundo del corazón del distrito financiero de Los Ángeles, cientos de metros debajo de los enormes edificios del centro que albergan bancos, oficinas corporativas y agencias gubernamentales, se encuentra otra ciudad recordada sólo en oscuras leyendas de los nativos americanos, un mundo subterráneo construido por una extraña raza que desapareció miles de años.

Al menos eso es lo que afirmó el ingeniero de minas G. Warren Shufelt en la edición del 29 de enero de 1934 de Los Angeles Times. Según el periodista Jean Bosquet, Shufelt estaba listo para excavar en el centro de Los Ángeles en busca de esta antigua civilización subterránea.

En 1934, G. Warren Shufelt le dijo al Los Angeles Times que había descubierto los restos de una antigua civilización reptil bajo Los Ángeles. La historia incluso mostraba un ingenioso mapa como legado.

Pueblo lagarto

Shufelt había oído hablar de la ciudad por primera vez en una leyenda de los nativos hopi sobre el «pueblo lagarto». Eran una raza perdida legendaria que casi había sido aniquilada después de que una lluvia de meteoritos cayera sobre ellos.

Al suroeste alrededor del 3000 a.C. (Se decía que el famoso cráter Winslow de Arizona era la zona cero de este diluvio de fuego).

El Pueblo Lagarto construyó trece asentamientos subterráneos a lo largo de la costa del Pacífico, para proteger a la tribu contra futuros desastres. Estas ciudades subterráneas albergaban a mil familias cada una, junto con reservas de alimentos. Según cuenta la historia, la tribu utilizó una «solución química» que derritió un lecho de roca sólida para perforar los túneles y las habitaciones de sus refugios subterráneos.

Además de albergar a su gente en caso de un desastre, los túneles también se construyeron para albergar un tesoro de tablillas doradas que narraban la historia de la tribu, el origen de la humanidad y la historia del mundo desde la creación. Shufelt estaba particularmente interesado en estas tablillas por razones tanto pecuniarias como arqueológicas.

Artículo en Los Angeles Times que menciona el hallazgo de una ciudad subterránea de hombres lagarto.

La historia de un nativo Hopi

Un jefe hopi llamado «Little Green Leaf» le dijo a Shufelt que la capital de la raza desaparecida estaba ubicada debajo del actual centro de Los Ángeles. En 1933, después de inspeccionar el área, Shufelt ocupó la propiedad de Banning en 518 North Hill Street y hundió un pozo de 350 directamente hacia abajo, excavando en busca de lo que dijo que era una «sala del tesoro» directamente debajo. Shufelt dijo que había localizado oro en las catacumbas de abajo con la ayuda de su «radiografía de radio».

Este peculiar instrumento, que era una especie de vara de zahorí artificial, también había ayudado a Shufelt a mapear la ubicación y la extensión de los túneles subterráneos. Dijo que la ciudad subterránea tenía la forma de un lagarto gigante, con la cabeza en las cercanías de Chávez Ravine (la ubicación actual del Dodger Stadium) y la cola afilándose debajo de la Biblioteca Central. La «sala de las llaves», la cámara que contenía el mapa de la ciudad y el directorio de las tablillas de oro, se encontraba a varios cientos de pies bajo el actual emplazamiento de Times-Mirror Square. Shufelt también afirmó que había rastreado pasajes que se extendían hasta el área alrededor del Museo del Suroeste, y dijo que los túneles de ventilación se extendían hacia el oeste, abriéndose en el Océano Pacífico.

A pesar de todos sus extensos mapas y trazados de la ciudad subterránea llena de tesoros, Shufelt nunca la encontró. Poco después de que apareciera la historia del Times, el proyecto, que había sido autorizado por el Ayuntamiento más de un año antes, cesó repentinamente y Shufelt y sus secuaces desaparecieron. Todo el misterioso e improbable asunto fue descartado mediante un engaño y rápidamente olvidado. Desde entonces, se han desenterrado túneles inexplicables en el centro de Los Ángeles, pero generalmente se han explicado como obra de contrabandistas que escondían a trabajadores chinos ilegales en el siglo XIX.

Un mapa que detalla la extensión de la ciudad subterránea en Los Angeles. Publicado en Los Angeles Times en la década de 1930.

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Shufelt no fue el único en creer en una ciudad reptiliana

Pero Shufelt no fue el único californiano moderno que creía que debajo de Los Ángeles había una antigua ciudad subterránea. Como posdata de este pequeño y extraño cuento, veamos la visión que tuvo la señorita Edith Elden Robinson de Pico Rivera, que apareció en la muy respetada revista de la Sociedad Estadounidense para la Investigación Psíquica.

En la tarde del 22 de diciembre de 1933, cinco semanas antes de que las excavaciones de Shufelt aparecieran en las páginas del Times, la clarividente señorita Robinson imaginó que bajo Los Ángeles se encontraba «una vasta ciudad… con gigantescos túneles que se extendían hasta la orilla del mar». Dijo que los túneles habían sido construidos por una raza desaparecida para protegerse del peligro y proporcionar acceso al mar.

¿Quién sabe? Quizás esta fabulosa ciudad subterránea realmente existió. Tal vez incluso esté poblado por los modernos «Pueblos Lagarto», que viven escondidos e insospechados a cientos de metros debajo de la actual Los Ángeles, emergiendo sólo furtivamente para observar a los bárbaros del siglo XXI estrangular lentamente su propia civilización superficial con smog, tráfico y expansión urbana.

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